El usuario materializa un localizador en forma de engranaje, el cual mide 1 mm de ancho y largo y 0.5 mm de alto. Está hecho de un polímero avanzado, por lo que no se puede rastrear con radiofrecuencia, detectores de metal o imanes. El materializador también crea un radar, pudiendo detectar la distancia y dirección a la que se encuentra el localizador en su objetivo con solo mirarlo.